Crear a medida, personalizar, customizar, etc… son conceptos que ocupan nuestro día a día y que además dan un plus a cualquier cuestión que se realice.
La bicicleta se ha popularizado en los últimos años y las ciudades se enfrentan a la difícil tarea de enseñar a convivir a ciclistas, con peatones, motoristas y conductores de coche y bus. Convivir es un verbo que sin duda solucionaría muchas problemáticas, si enseñásemos, además, las enormidad de ventajas para salud y el medioambiente que este ligero y súper cool medio de transporte tiene.
Yo tengo mi bici de 2º mano que me regaló un amigo, que no la usaba porque le quedaba peque, así que la tuneé un poco y feliz como una perdiz me paseo por las calles coruñesas, eso sí, con cierta sensación constante de peligro, que deseo, que vaya desapareciendo.
1.- Elegir una tela acorde a la estética que buscas y una cesta que no quede ni pequeña ni grande en tu bici. La mía es una de plástico de las de la fruta sujeta con unas bridas.
2.- Medir la cesta para cortar trozos de tela que se ajusten al tamaño… yo corte 5 trozos: la parte de abajo y los 4 laterales.
Hay que acordarse de poner en las esquinas un lacito para poder atar la bolsa a la cesta de plástico…
3.- Juntamos los trozos con alfileres por el lado contrario al que queremos que se vea para que la costura quede tapada.
La cesta ya tendrá forma. Yo daría un cosido resistente si vamos a utilizarla para cargar cosas como fruta o así, ya que pesan y pueden romper el cosido.
4.- Comprobamos que la bolsa se ajuste correctamente a la cesta antes de rematar la parte de arriba…. Yo le cosí los bordes para que quedara mas cuca y le puse unas asas largas que me valen para atar y que no se escape el contenido, así como para llevar la bolsa al hombro.
Y a lucir bolsa hecha a mano! 🙂
Muaka