Me gustan las mariposas y, cumplidos los treinta, decidí que también me gustaba rodearme de cosas (y personas) que me gustasen, así que llené mis espacios de mariposas de todos los colores y tamaños y descubrí que respiraba mejor cuando me sentaba en el sofá.
“Alas de mariposa” me recuerda que estamos aquí de regalo, para algo y que, una pequeña aportación, puede provocar un significativo efecto en las personas que nos rodean, el efecto mariposa. Puede ser el efecto de una carcajada, un abrazo de oso (por los dos lado siempre!), un gracias motivador o, incluso, una mirada brillante que se cruza con otro individuo que comparte el bus contigo…
Dicho esto, y tras un periodo en el que (por fin!) he conseguido dejar enviados todos los correos que tenía pendientes, voy a ponerme a escribir ahora mismo sobre ideas para alegrar nuestros días en este año 2014, del que aun tenemos 11 meses por delante.
A disfrutar!